4 de diciembre de 2008

Cronica asfaltica # 746

Ayer transitando por la av. Colon veo que en la siguiente cuadra estan deshabilitados 3 de los 5 corriles y oviamente tomo mi tiempo para tomar el primero que esta habilitado pero como es costumbre aqui los pseudo conductores se esperan hasta llegar a medio metro para querer pasarse al carril habilitado entonces yo venia bastante pasivo y a una velocidad bastante moderada (raro en mi, lo de pasivo!) en eso veo un tsuru y alcanzo a ver que hiba tripulado por una dama, hasta ese entonces porque cuando veo que la "dama" sin ni siquiera preocuparse por volear por el retrovisor para ver si por pura casualidad por el carril que estaba a punto de ocupar ya era ocupado por otros vehiculos, la pinche vieja (ahora se convirtio en pinche vieja pendeja) le vale vergas y se empieza a meter al carril como si solamente ella en toda la puta ciudad circulara por las calles, pero repito como venia bastante pasivo al volante y en vez de hacer lo que comunmente hago deje que metiera medio carro y yo frene hasta el ultimo momento para hacer que las llantas de mi coche hiciran el clasico rechinido de frenamiento, ese fue el preciso momento en que la pinche vieja pendeja se dio cuenta que en esta ciudad y en este mundo hay muchas mas personas que conducen autos y que circulan a su alrededor pero lo mas mejor fue que en ese instante vi con gran gozo su reaccion, la vieja aparte de que volanteo mento madres reso un padre nuestro gritando, canto el himno nacional, cerro los ojos como si se le hibieran metido mil basuritas, vio por los 3 retrovisores y le hicieron falta 10 mas, no no no todo un espectaculo la verdad, pinche risa que me dio casi alcanzo a la señora, perdon... a la pinche vieja y la felicito por hacerme el dia, despues quise alcanzarla para desearle un buen dia pero la señora como muchos otros despues de cagarla, mentar madres y demas, como muchos se limito a mirar fijamente hacia el frente cual caballo con las chingaderas esas que les ponene para que no vean hacia los lados, asi que decidi seguir riendome hasta llegar a la oficina.

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